La boxeadora asturiana Minerva Gutiérrez, vencedora en tierras francesas: «Estoy luchando por cumplir un sueño»
«Hace mucho tiempo que el boxeo dejó de ser un hobby, estoy luchando por cumplir un sueño y, poco a poco, alcanzando mis metas», revela Gutiérrez, quien lamenta las dificultades para poder entregarse totalmente a su pasión en nuestro país: «En España es imposible vivir de ello». La púgil compagina sus entrenamientos con ejercer ella misma como profesora y preparadora de boxeo y kickboxing. «Toda mi vida gira en torno al boxeo, mis horas de descanso, mis comidas...», relata la gijonesa.
En Francia, donde venció el pasado fin de semana, las bolsas de premios en este tipo de veladas son mayores que en España, por lo que sí pudo recibir una recompensa económica tras su triunfo. Además, los organizadores sufragaron también el viaje y la estancia de la gijonesa en el país vecino: «Es una de las cosas buenas que da el boxeo, conoces mundo y te permite vivir muchas experiencias». «La gente en Asturias no está dispuesta a pagar por un evento profesional», comenta Gutiérrez. «La gente paga 30 euros por ir al fútbol, pero no 20 por ver a tres profesionales que se rompen la cara», añade.
La gijonesa dejó también en sus redes sociales un mensaje para los eventos organizados en España, donde señala falta de imparcialidad por parte de los jueces: «Es increíble que sean más justos conmigo en Francia que en mi propio país». En su opinión, las veladas organizadas en los distintos puntos de la geografía española «suelen barrer para casa». En referencia a su combate en tierras galas, cree que de haber sucedido en nuestro país, el resultado hubiese cambiado: «A esta chica le di un repaso, pero no la gané por KO. Si llego a hacer esto en cualquier comunidad de España, yo hubiera perdido», subraya.
Su objetivo en el corto plazo es alzar el título nacional como Campeona de España para, más a largo plazo, centrarse en el europeo. «Y si un deportista de alto nivel no te menciona el Campeonato Mundial, te miente, aunque eso es algo muy alto», bromea, sin perder su concentración en el presente: «Hay que ir poco a poco y paso a paso».
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