Nacho Labarga.-
Su crecimiento es proporcional a los golpes que regala. José Fandiño (Gijón, 1984), el 'Traumatólogo' de nuestro boxeo, hace homenaje a su apodo impactando las ilusiones de sus rivales cada vez que sube a un ring. Lleva tres victorias en tres combates como profesional, pero no quiere levantar los brazos antes de tiempo. "Es una carrera de fondo. Sé que tendré complicadísimo vivir de esto", asegura en declaraciones a MARCA.Para el asturiano, cuya disciplina es "algo complejo que requiere mucha dedicación y sacrificios", no resulta fácil compaginar el deporte con el trabajo. "Las cosas están como están y no puedo vivir del boxeo. Todos tenemos sueños, pero lo que construye el mañana es el día a día. Ahora me toca trabajar duro. Es complicado, pero con paciencia y esfuerzo todo puede llegar", cuenta desde el otro lado del teléfono alguien que trabajaentre ocho y diez horas en una fábrica de Gijón.
"Estas semanas estamos en temporada alta, la suerte es que me coincide con las vacaciones de boxeo. Después, en noviembre, volveré a pelear y dará comienzo la campaña. Tengo muchas ganas de que llegue la primera velada para poder demostrar todo el trabajo que llevo realizando durante los últimos meses", expone un púgil que dio el salto a profesionales en noviembre de 2013. "No puedo quejarme.Fue el debut soñado en casa y por KO ante Castaño. Luego vendrían otras dos victorias por la vía rápida ante Rodríguez y Nagore", recuerda orgulloso un Fandiño que todavía no conoce la derrota en la élite.
Con los campeonatos en la cabeza
Fandiño, cuyo apodo se lo puso "algún iluminado" el día que rompió la tibia y el peroné a un rival tras caerse después de un golpe seco, reconoce que miedo y boxeo pueden ser sinónimos. "Es cierto que muchas veces he sentido temor sobre el cuadrilátero. También nervios, aunque creo que mis familiares o mi novia tienen más. Están acostumbrados a verme pelear desde hace mucho tiempo, pero desde fuera siempre se sufre más", asegura convencido mientras desvela sus principales objetivos. "Voy pasito a paso, no quiero obsesionarme pero es cierto que las victorias en profesionales me han dado motivación.Ahora mi máxima aspiración es lograr el campeonato de España. Proclamarme vencedor sería un sueño hecho realidad", advierte.
El deportista, quien no se considera devoto de los púgiles actuales pero sí de los de los 80, sabe que su camino hacia la gloria no es sencillo. No esconde que la única vía para el éxito pasa por seguir despistando a algunos desconocidos que se interesan por su profesión.La 'traumatología pugilística' como esencia de vida: "Para comer del boxeo sólo queda aferrarme a mis buenos golpes".
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