“En cuanto a boxeadores, estamos bien”, asegura el exprofesional, quien reconoce que la cantera regional goza de buena salud. Sin embargo, denuncia las serias dificultades para organizar veladas, especialmente en Oviedo, donde la falta de apoyo institucional amenaza con ahogar el crecimiento del deporte. “El Ayuntamiento nos lo pone difícil. Antes cedían los pabellones, ahora hay que pagar. Por ejemplo, el polideportivo de Fozaneldi cuesta ahora 1.500 euros. El Corredoria Arena, donde organicé un Campeonato de España profesional de Minerva Gutiérrez, 4.700. Así no se puede”, denuncia.
La situación se ha agravado desde la entrada en vigor, el pasado 1 de enero, de la nueva normativa municipal que obliga a abonar el uso de instalaciones deportivas públicas. “Eso va en contra del deporte. Así no se puede fomentar el boxeo. Y quieren que Oviedo sea Ciudad Europea del Deporte... pues por mi parte, así no”.
Nieto lamenta que el boxeo siga siendo “un deporte maltratado”. A diferencia de otras disciplinas, los clubes no disponen de espacios fijos para entrenar ni competir. “Tenemos que andar pidiendo pabellones prestados, a ver si están libres. Necesitamos un espacio propio”.
Una luz de esperanza podría vislumbrarse con la futura reapertura del Palacio de los Deportes, recinto que evoca grandes recuerdos para Nieto: “Ahí viví grandes momentos. Gané campeonatos de España, disputé títulos de Europa, se llenaba con más de 4.000 personas. Pero si empiezan a cobrar también ahí, no habrá más boxeo”, advierte.
“Perder también es aprendizaje”
El asturiano no se guarda nada al recordar su trayectoria, que finalizó en 2022, y aún hoy echa de menos boxear, aunque no hacer dieta, “que es lo más complicado”. Asegura que el boxeo amateur en España no permite ganarse la vida: “Si eres bueno, puedes llegar a cobrar 50 euros por combate. Ya como profesional, siendo campeón de España o incluso de Europa, pueden llegar ofertas interesantes, pero no es nada fácil”.
Nieto comparte también un mensaje sincero para los jóvenes que desean iniciarse: “Es un deporte muy sacrificado, pero también muy bonito. Te da disciplina, constancia. No puedes venir el primer día y querer ser boxeador. Hay que ir poco a poco: entrenar, coger fondo físico, hacer sparring, competir… y después, si te gusta, seguir adelante”.
De todos sus combates, recuerda especialmente uno: la pelea ante el georgiano Levan Ghvamichava, en el Madrid Arena, en 2012. Fue su primera derrota como profesional. “Me mareó en el primer asalto con un par de golpes y estuve todo el combate así, y aguantando. Pero yo sé perder. Cuando alguien es mejor que tú, hay que aceptarlo, felicitarlo e irte con rabia, pero con la intención de mejorar”.
Aunque no le gusta lamentarse, hay una pelea que habría preferido evitar: la que lo enfrentó a Ceferino Rodríguez, en julio de 2015, en Canarias. “Hacía un calor asfixiante. Me bajé del avión y ya me sentía mal. Durante el vendaje ya estaba sudando. No debía haber peleado. Perdí por deshidratación”.
Más allá del ring
En la actualidad, Aitor Nieto dirige su propio club de boxeo desde hace cuatro años. Allí transmite sus conocimientos y valores a las nuevas generaciones. Uno de sus pupilos más prometedores es Rodrigo de León, joven talento de 25 años al que considera una de las promesas del boxeo asturiano.
Nieto también se pronuncia sobre fenómenos recientes como “La Velada del Año” de Ibai Llanos: “Está bien para dar visibilidad al boxeo, aunque no sea boxeo real. Son influencers que llevan poco tiempo entrenando, pero gracias a estos eventos, los gimnasios se llenan. Y eso es bueno para el deporte”.
¿Un sueño por cumplir?
“Me hubiera gustado ser campeón de Europa EBU. Lo disputé tres veces. La primera perdí claramente en Francia, en la segunda me robaron la pelea ante Jordy Weiss, y la tercera fue en casa, donde me ganó un rival que fue mejor”, recuerda con nostalgia. Sin embargo, su mirada está puesta en el futuro. “Ahora mi sueño es que el gimnasio funcione, seguir trabajando y poder vivir de esto”.
- Entrevista completa
0 Comentarios