Minerva y su cruzada por el boxeo en Gijón

Minerva Gutiérrez | foto: J. C. Román
En el corazón de Gijón, donde la brisa del Cantábrico choca con la determinación de quienes persiguen sus sueños, una mujer ha convertido el boxeo en su forma de vida. Se llama Minerva Gutiérrez, aunque en el cuadrilátero todos la conocen como La Espartana. Su historia es la de alguien que ha aprendido a pelear dentro y fuera del ring.
 
Antes de que abriera las puertas de su gimnasio, Bravos Mirmidones, Minerva ya sabía lo que era batallar. No solo por su disciplina deportiva, sino también por los múltiples trabajos con los que sostuvo durante años su pasión: camarera, panadera, limpiadora... hasta que decidió apostar por ella misma, como confiesa en el diario El Comercio.

"He trabajado en lo que fuera, pero ya no más", confiesa. Y no lo dice desde el descanso, sino desde la actividad incesante de quien lidera su propio centro deportivo y entrena a decenas de personas -niños, adultos y mayores-, mientras sigue puliendo sus propios golpes cada día.

Para Minerva, el boxeo va más allá del combate. En sus clases, los más pequeños no solo aprenden a golpear, sino también a respetar, a tener disciplina y a descubrir su propia fortaleza. "Ganan seguridad, autoestima y comprenden que esto va de valores, no solo de fuerza", explica. Actualmente entrena a cerca de 70 personas entre boxeo y defensa personal.

Su jornada está organizada con la precisión de un reloj suizo: sesiones dobles de entrenamiento de lunes a sábado, descanso medido, alimentación estricta, y un equipo de confianza a su alrededor. Jorge, su preparador físico, la tiene "como un misil", mientras que su pareja, Róber El Puma, la acompaña en la parte técnica. Su nutricionista, Elena, lleva años guiando su dieta con precisión quirúrgica.

Minerva no solo boxea para ganar combates, también para transformar la percepción de este deporte. "La gente piensa que es violento, pero es un ejercicio completo, liberador y con mucha exigencia física y mental", reivindica.

Cansada de tener que pelear siempre fuera de casa -"en seis de cada diez combates era visitante"- ahora impulsa una nueva etapa para el boxeo local. Y lo hará con un regreso muy esperado.

26 de abril en Gijón

Después de años de carrera, Minerva vuelve al lugar donde todo empezó: el Polideportivo de Mata Jove. Será su primer combate profesional en Gijón y también el primero que acoge esta instalación municipal en más de una década. El combate, pactado a seis asaltos en la categoría peso mosca (50,800 kg), será el plato fuerte de una velada organizada por Meré Boxing Academy.

"Queremos recuperar la esencia del boxeo en Gijón. Que la ciudad vuelva a vivirlo, como antes", dice con entusiasmo. Para lograrlo, el evento combinará deporte y espectáculo con un enfoque familiar: sorteos, sorpresas y un horario accesible -arrancará a las 17:00 horas-. El aforo estará limitado a 500 personas en gradas y 250 sillas a pie de ring.

Más allá de las estadísticas o los títulos, lo que Minerva quiere es abrir camino. Para otras mujeres. Para la gente joven. Para quienes creen que no hay espacio para soñar en deportes duros. Su forma de hacerlo es como siempre: con trabajo, constancia y los puños cerrados... pero el corazón bien abierto.

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