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21 noviembre 2017

Los golpes del Gitano Jiménez (1973-1974)

Raúl Álvarez. - Nadie se esforzó mucho con el apodo de José Antonio Jiménez. Gitano es por nacimiento y Gitano le quedó como nombre para el ring. Ahora es un jubilado de la mina después de años de servicio a Hunosa en el lavadero mierense de El Batán, pero también fue uno de esos deportistas que, mucho antes de que en España se crearan estructuras profesionales fuera del fútbol, surgían de la nada, destacaban en su disciplina y volvían al anonimato sin haber conseguido un gran beneficio económico.

El gran momento de Jiménez, nacido en Oviedo en 1952, le llegó cerca de casa y antes de cumplir los 21. En Gijón, la noche del 12 de mayo de 1973, después de pegarse durante quince asaltos con el escocés Tommy Glencross, el jurado le declara ganador a los puntos y le proclama campeón de Europa del peso pluma.

Eran otros tiempos, los principales medios de comunicación aún se ocupaban del boxeo sin cuestionarlo y pronto empezaron a circular los reportajes sobre aquel chico que, de repente, era famoso. Ya había ganado campeonatos de España, pero faltaba poner una vida detrás de aquellos títulos. 

El periodista Faustino F. Álvarez la encontró en una chabola de San Lázaro y la contó en un reportaje publicado por ABC. Jiménez procedía de una familia con once hermanos y un padre que se extenuaba para mantenerlos repartiendo carbón para alimentar las calefacciones de muchos edificios de Oviedo. El Gitano fue campeón de Europa durante algo más de un año y defendió con éxito su posición en dos combates frente al francés Daniel Vermandere, al que derrotó a los puntos en Madrid, y el italiano Elio Cotano, a quien derribó al final de una pelea a quince asaltos en Zaragoza. 

Después, llegaron los malos tiempos. A su esposa y a él les nació un hijo muerto y también ha visto fallecer jóvenes a otros dos. En la década de los 90, pasó casi tres años en la cárcel por un asunto de drogas en el que siempre mantuvo su inocencia. Al final, el Tribunal Supremo anuló toda la causa y ordenó su libertad.



Artículo completo: El deporte asturiano, 14 veces grande

10 febrero 2015

Juan del Valle, deportista de casta y corazón

Por Néstor Domínguez.-
Juan del Valle Morán (Gijón, 18 de junio de 1978), Juanín para sus amigos, es una de esas figuras locales relacionadas con el mundo del deporte que a pesar de no ser la imagen de ninguna disciplina mediática, de un tiempo a esta parte se ha convertido en una referencia para la ciudad, algo así como un mito en su época más tierna y, ahora, un espejo de superación para todo el mundo.

Sus gestas en el mundo del full contact y el boxeo son la tarjeta de presentación que lo acompañarán toda su vida, pero este hombre, por encima de todo y como a él le gusta definirse, siempre ha sido un deportista.

Dotado de unas aptitudes físicas sobresalientes, de una disciplina espartana a la hora de cuidar su alimentación y sus hábitos, y del tan necesario carácter ganador, siempre ha destacado en lo que se ha propuesto: patinando, nadando, montando en bicicleta o corriendo.

Desde que era un crío su vida ha estado ligada al deporte, culminando su formación personal con la diplomatura de Magisterio en la especialidad de Educación Física.

Siendo un adolescente se inició en el mundo de los deportes de contacto. Gijonés de pro, de Somió para más señas, y con una forma de ser que no dejaba indiferente a nadie, Del Valle, que siempre peleaba con aquellos pantalones cosidos por su madre con los colores de la bandera de Asturias, llegó a ser un tipo que creaba adicción. En sus años de máximo esplendor en el full contact todo el mundo lo conocía en la ciudad. En parte gracias a él este deporte se puso de moda en los gimnasios, y pasó a ser una marca en la capital de la Costa Verde. Incluso Gijón se convirtió en una referencia europea más allá de Pajares. Luego, en el boxeo nacional, de nuevo volvió a situarse entre los mejores ganándose el respeto y la admiración de todos.

Tras su paso por la universidad y las respectivas prácticas con los alumnos, Juan entendió que él era hombre de acción y tenía buscar nuevos retos. Algo que lo llenase totalmente. Su siguiente objetivo fue totalmente vocacional: convertirse en policía. Lo consiguió pronto, y como tal, durante sus primeros años estuvo viajando por todo el mundo siendo partícipe de operaciones importantes. El trabajo no siempre fue complementario con su carrera boxística y hubo épocas en las que no tuvo más remedio que abandonar momentáneamente los guantes.

Fue el deporte el que lo trajo de nuevo a casa, tras varios años instalado, junto a su querida Nazareth, en Madrid. A pesar de estar muy bien posicionado en el plano laboral, las montañas asturianas y la sed de nuevos triunfos, fueron un señuelo demasiado apetecible para un enamorado de las altas cumbres como Juanín, que además pudo retomar su carrera boxística junto a su equipo de toda la vida.

Hace un par de años nos fuimos a entrenar a Nueva York, y fue allí donde me empezó a hablar de un nuevo proyecto solidario y deportivo. Junto a otros compañeros, puso en marcha el «Desafío Astur Solidario (DAS)», un proyecto que consistía en realizar tres pruebas de ultrarresistencia en distintas especialidades con el fin de recaudar fondos para Cocemfe, una asociación de minusválidos de la región. Al igual que para su inacabada carrera como boxeador, el destino imposibilitó a Juan formar parte de esos tres grandes retos con sus compañeros del DAS. Un terrible accidente de trabajo paralizó por completo los proyectos del protagonista de este escrito. Casi ha pasado un año desde aquello y aunque todavía queda por delante buena parte de la recuperación, muchos aún se preguntan como la cosa puede ir tan bien. Algunos no hubieran salido de aquel coche hecho añicos, unos pocos lo hubieran hecho sin poder caminar, pero este hombre del deporte, ordenado y con una fuerza de voluntad de titán está volviendo a conseguirlo, en busca de su mejor cinturón. ¿Dónde está el límite?

A simple vista es un tipo que se muestra frío, quizás algo desconfiado, de carácter altivo y muy celoso de su intimidad, pero con los suyos, como dice la canción, es un auténtico corazón tendido al sol. Enamorado de su mujer hasta las trancas, gran amigo de sus amigos y devoto admirador de sus padres Miguel y María y del resto de su familia, son aspectos que definen el componente sentimental de este gijonés de casta y corazón.

Como boxeador, y con el conocimiento de su retirada definitiva por motivos y evidencias médicas, su carrera profesional deja para algunos un sabor agridulce. El tope deportivo sobre la tarima brava seguramente estaba aún muy arriba, aunque hubiera mucho que luchar, mucho que trabajar y mucho que conseguir. Pero por encima de otras cuestiones y al margen de resultados, la esencia de todo en la vida de este guerrero es que lo que hizo lo consiguió entregándose en cada asalto, vaciándose en cada golpe y sin que nadie le regalase nada.

Ahora va a afrontar otro tipo de combate, una nueva operación para seguir con la recuperación de su espalda. El segundo combate y esperemos que último de estas características. Y Juan lo puede hacer tranquilo y con la confianza de llegar a este punto siendo una persona admirada por los suyos. Lo pudimos evidenciar tras el baño de multitudes que se dio hace pocas semanas, en el homenaje que se le tributó en su ciudad y donde los aplausos todavía atruenan los oídos de más de uno en aquélla su última subida al cuadrilátero.

24 noviembre 2014

Los púgiles asturianos, en la élite

En menos de una semana el espectáculo del boxeo desemba cará de nuevo en Gijón. El Club Boxeo Tibet organiza este viernes, en el Palacio de los Deportes de La Guía un sensacional evento pugilístico enmarcado en la séptima edición del "Memorial Jesús Piquero". Una velada histórica en la que se disputarán seis combates profesionales, y en todos ellos habrá protagonistas asturianos. Una circunstancia que hacía varias décadas que no se producía y señal inequívoca del buen momento que el boxeo atraviesa en la región. Un proyecto ambicioso que por fin puede ver la luz.

Como cabeza de cartel estará el invicto Pablo Fuego, quien disputará su sexto combate como profesional. Hasta el momento suma cinco triunfos en otros tantos combates y se presenta como una de las grandes promesas del peso ligero en España. Su rival será el valenciano Ryan Peleguer, un tipo experimentado y que sin duda se convertirá en la gran reválida del pugil gijonés.

Otro nombre importante es el de David Estrada, que vuelve a ocupar un lugar destacado en el pugilismo local. Estrada, que viene de hacer un gran combate en Barcelona el mes pasado, sumará su cuarta pelea como profesional cuando se enfrente ante su afición a otro púgil experimentado: Raúl Asencio, procedente de Castellón.

Uno de los grandes alicientes de la gala será la participación del olímpico Jonathan "Maravilla" Alonso. Tras su debut como profesional en Estados Unidos, Alonso protagonizará en Gijón su segundo combate en el boxeo rentado. Una suerte para el público asturiano poder ver en directo a uno de sus boxeadores más talentosos. Una oportunidad única ya que este será uno de los pocos combates que realice en España. Su rival será el georgiano Nugzar Margvelashvili.

Y se siguen sumando activos de primer orden a esta velada con el debut profesional del que fuera campeón de España amateur del peso ligero. se trata del avilesino Héctor Brea, que tras desarrollar una brillante carrera como amateur, ahora debuta en el boxeo de pago ante el zaragozano José Acero.

También se estrena como profesional José Ramón "Riga" Fernández. El púgil moscón, varias veces medallista a nivel nacional amateur, se ha ido haciendo un nombre en el boxeo asturiano a base de trabajo y buenas actuaciones. Sinónimo de espectáculo encima de un ring, "Riga" tomará la alternativa ante Jon Nagore.

Y finalmente, otro deportista de raza habitual en los carteles de nivel en el Principado. El zurdo ovetense Daniel Calzado que sigue sumando experiencia como profesional. Polivalente y valiente, medirá fuerzas ante el vasco Fernando Díaz.
Completan la velada cuatro interesantes combates amateur en los que destacan nombres como Youness Essadik, Daniel Noriega o el campeón de España junior Arturo González.

Con esta ya serán siete las edición del "Memorial Jesús Piquero", que ya se ha convertido en un referente y una auténtica marca de buen boxeo, creado para recordar la figura del que fuera mecenas del pugilismo asturiano durante años.

De nuevo el Club Boxeo Tibet vuelve a imprimir su sello en el evento con una gran puesta en escena y un show al más puro estilo americano a base de miles de watios de luz y sonido, presentaciones y rounds girls. El espectáculo está asegurado dentro y fuera del ring.
La distribución anticipada de entradas ya está en marcha en los siguientes puntos oficiales: en Gijón, en el Gimnasio Tibet, en el Centro Deportivo Gijón y en tienda Hard Work and Dedication. En Oviedo en el Gimnsio Kontact, en la Sidrería La Fesoria y en el Bar Santander. Y en Avilés, en el Gimnasio TOA.

El pesaje oficial tendrá lugar el jueves 27 a las 19 horas en Bar Carling Goal, en los bajos de El Molinón, al igual que la fiesta de fin de ?velada. Ambos actos son abiertos para todos los públicos.

28 agosto 2014

José Fandiño, El 'Traumatólogo' que asusta sobre los rings

Nacho Labarga.-
Su crecimiento es proporcional a los golpes que regala. José Fandiño (Gijón, 1984), el 'Traumatólogo' de nuestro boxeo, hace homenaje a su apodo impactando las ilusiones de sus rivales cada vez que sube a un ring. Lleva tres victorias en tres combates como profesional, pero no quiere levantar los brazos antes de tiempo. "Es una carrera de fondo. Sé que tendré complicadísimo vivir de esto", asegura en declaraciones a MARCA.

Para el asturiano, cuya disciplina es "algo complejo que requiere mucha dedicación y sacrificios", no resulta fácil compaginar el deporte con el trabajo. "Las cosas están como están y no puedo vivir del boxeo. Todos tenemos sueños, pero lo que construye el mañana es el día a día. Ahora me toca trabajar duro. Es complicado, pero con paciencia y esfuerzo todo puede llegar", cuenta desde el otro lado del teléfono alguien que trabajaentre ocho y diez horas en una fábrica de Gijón.

"Estas semanas estamos en temporada alta, la suerte es que me coincide con las vacaciones de boxeo. Después, en noviembre, volveré a pelear y dará comienzo la campaña. Tengo muchas ganas de que llegue la primera velada para poder demostrar todo el trabajo que llevo realizando durante los últimos meses", expone un púgil que dio el salto a profesionales en noviembre de 2013. "No puedo quejarme.Fue el debut soñado en casa y por KO ante Castaño. Luego vendrían otras dos victorias por la vía rápida ante Rodríguez y Nagore", recuerda orgulloso un Fandiño que todavía no conoce la derrota en la élite.

Con los campeonatos en la cabeza
Fandiño, cuyo apodo se lo puso "algún iluminado" el día que rompió la tibia y el peroné a un rival tras caerse después de un golpe seco, reconoce que miedo y boxeo pueden ser sinónimos. "Es cierto que muchas veces he sentido temor sobre el cuadrilátero. También nervios, aunque creo que mis familiares o mi novia tienen más. Están acostumbrados a verme pelear desde hace mucho tiempo, pero desde fuera siempre se sufre más", asegura convencido mientras desvela sus principales objetivos. "Voy pasito a paso, no quiero obsesionarme pero es cierto que las victorias en profesionales me han dado motivación.Ahora mi máxima aspiración es lograr el campeonato de España. Proclamarme vencedor sería un sueño hecho realidad", advierte.

El deportista, quien no se considera devoto de los púgiles actuales pero sí de los de los 80, sabe que su camino hacia la gloria no es sencillo. No esconde que la única vía para el éxito pasa por seguir despistando a algunos desconocidos que se interesan por su profesión.La 'traumatología pugilística' como esencia de vida: "Para comer del boxeo sólo queda aferrarme a mis buenos golpes".

26 julio 2014

Poli Díaz: "Los boxeadores ofrecen chispas, yo ofrecía fuego"

El Sports Bar Acordeón de Versalles organizó ayer en torno a las diez de la noche una charla-coloquio de lo más especial. Su protagonista fue nada más y nada menos que Poli Díaz, 'El Potro de Vallecas', o lo que es lo mismo, el boxeador más laureado de la historia de nuestro país.

Atento, cercano y con ganas de contar muchas cosas, el eterno púgil vallecano se declaró «muy a gusto» en tierras avilesinas. «Guardo muy buenos recuerdos de los combates que disputé en Asturias y la verdad es que siento el cariño de la gente. Me da fuerzas y estoy encantado de estar aquí. Por la gente que me apoya y porque esto me mantiene entretenido y me aleja de las cosas malas de la vida», explica.

Con su libro siempre cerca, el madrileño no dudó en mostrar varias fotografías, a través de las que esbozó la que ha sido su carrera deportiva, la cual anhela. «No veo mucho boxeo porque me da envidia, me gustaría estar en el ring, pero sí que estoy al tanto de los jóvenes talentos y creo que hay que apostar por ellos. Gente como Kerman Lejarraga pueden convertirse en grandes campeones».

Cuestionado por la disminución de la promoción del boxeo en España, sobre todo teniendo en cuenta la difusión que tuvieron sus combates en particular, y su carrera a nivel general, la leyenda respondió con sorna: «Normalmente los boxeadores ofrecen chispas, pero yo ofrecía fuego».

Poli Díaz relató sus comienzos en el boxeo. Empezó a trabajar en una empresa de chapa y pintura y fue durante una jornada laboral cuando observó un cartel en el que aparecía un boxeador. «Yo no sabía ni lo que era el boxeo». Fue al gimnasio y allí vio en acción a Alfredo Evangelista. «Era un gimnasio de barrio, con goteras, y allí empecé a entrenar, a hacer guantes con todo el mundo y también ayudaba limpiando el sudor del suelo. Alfredo me quería cobrar, pero primero le mentí diciendo que lo haría cuando pariera mi perra -no tenía perros-, y después le dije que con todo lo que hacía en el gimnasio no era justo que pagara», comenta. Finalmente cambió de gimnasio para irse a uno más grande «en el que no se cobraba».

Y de ahí, de lo más bajo, ascendió hasta al cielo, logrando ocho campeonatos de Europa, siete de España y un subcampeonato Mundial. En 2001 se retiró y después de varios problemas quiere mantenerse lejos «de las cosas malas».