El gran momento de Jiménez, nacido en Oviedo en 1952, le llegó cerca de casa y antes de cumplir los 21. En Gijón, la noche del 12 de mayo de 1973, después de pegarse durante quince asaltos con el escocés Tommy Glencross, el jurado le declara ganador a los puntos y le proclama campeón de Europa del peso pluma.
Eran otros tiempos, los principales medios de comunicación aún se ocupaban del boxeo sin cuestionarlo y pronto empezaron a circular los reportajes sobre aquel chico que, de repente, era famoso. Ya había ganado campeonatos de España, pero faltaba poner una vida detrás de aquellos títulos.
Eran otros tiempos, los principales medios de comunicación aún se ocupaban del boxeo sin cuestionarlo y pronto empezaron a circular los reportajes sobre aquel chico que, de repente, era famoso. Ya había ganado campeonatos de España, pero faltaba poner una vida detrás de aquellos títulos.
El periodista Faustino F. Álvarez la encontró en una chabola de San Lázaro y la contó en un reportaje publicado por ABC. Jiménez procedía de una familia con once hermanos y un padre que se extenuaba para mantenerlos repartiendo carbón para alimentar las calefacciones de muchos edificios de Oviedo. El Gitano fue campeón de Europa durante algo más de un año y defendió con éxito su posición en dos combates frente al francés Daniel Vermandere, al que derrotó a los puntos en Madrid, y el italiano Elio Cotano, a quien derribó al final de una pelea a quince asaltos en Zaragoza.
Después, llegaron los malos tiempos. A su esposa y a él les nació un hijo muerto y también ha visto fallecer jóvenes a otros dos. En la década de los 90, pasó casi tres años en la cárcel por un asunto de drogas en el que siempre mantuvo su inocencia. Al final, el Tribunal Supremo anuló toda la causa y ordenó su libertad.
Artículo completo: El deporte asturiano, 14 veces grande
La vida ay veces q no es justa
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