Hasta los más descarados, esos deportistas que no se cortan
por nada, se rinden a la grandeza de los Juegos Olímpicos. Jonathan Alonso sólo tiene 21 años, pero en el boxeo siempre ha ido
un paso por delante. Ganó su primer combate, el de su estreno en un torneo, el
del debut en un campeonato de España e incluso el del Mundial de Bakú, que le
acabaría dando el pasaporte para Londres. Pero ayer, en la sala de boxeo del
espectacular Excel, la presión le espesó el cerebro y agarrotó sus ágiles
piernas. El iraní Mehdi Toloutibandp,
con peor ranking pero más experiencia (27 años), le comió el terreno y le echó
a la primera del torneo. Los jueces dictaminaron su superioridad en los tres
asaltos: 16-12.
Fue una muerte lenta. Un puntito de ventaja para el iraní en
el primer asalto (4-3), otro en el segundo (5-4) y dos más en el tercero,
cuando Jonathan Alonso se jugó el todo por el todo. Incluso, en el último
minuto, enlazó un par de golpes que obligaron a recular a Toloutibandp, pero ya
era demasiado tarde. Cuando sonó la campana, aunque faltaba la decisión sobre
el último «round», el iraní levantó el índice y Alonso bajó la cabeza.
Ya en la zona mixta, el asturiano hizo autocrítica: «Era un
rival al que podía ganar perfectamente. Creo que tengo más talento que él en
todos los sentidos, soy más boxeador, pero él supo jugar bien sus bazas, que es
la fuerza, y presionar, y le salió bien». Su entrenador en la selección, Manuel Berdonce, confirmó que el de
ayer no fue el Jonathan Alonso de siempre: «Tiene mucho más para sacar, pero
era su primera experiencia importante y le han podido un poco los nervios».
Jonathan, que siempre anda muy justo para dar el peso
superligero (64 kilos), llegó perfectamente al combate: «Físicamente estaba
bien, pero muscularmente no encontré esa garra de siempre, esos cinco golpes en
menos de un segundo que me da mi explosividad». También reconoció el mérito de
su rival: «Al comerme el terreno tanto tiempo, al atosigarme me complicó más de
lo normal. No me esperaba tanta presión. No encontraba el momento adecuado para
meter mis golpes. En el tercer asalto, al verme dos puntos abajo y que mi boxeo
no era suficiente, tuve que arriesgar e incluso comerme algún golpe para poder
meter dos yo. Era su fortaleza contra mi explosividad. He conseguido subir
bastantes puntos al final, pero no ha sido posible la remontada».
Recién eliminado, a Jonathan le cuesta plantearse estar en
2016, pero Berdonce lo ve claro: «Tiene mucho potencial, con grandes
condiciones técnicas, físicas y tácticas y hay que darle tiempo. Si sigue así,
en Río tendrá más oportunidades».
fuente: lne
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