Dani Busto. - Dejó durante algunas semanas sus entrenamientos en el gimnasio neoyorquino Atlas Cops & Kids para concentrarse en Asturias, pasar algún tiempo con su familia, en el barrio avilesino de El Pozón, y ejercitarse en la playa gijonesa de El Arbeyal. Jonathan 'Maravilla' Alonso (Jamao al Norte, República Dominicana, 1990) se prepara, en la región que le vio crecer desde los siete años, para afrontar su decimotercer combate en el boxeo profesional y pelear por su decimotercera victoria el próximo 16 de diciembre, en Leganés.
-En marzo se suspendió la velada prevista, y en abril sufrió una fisura en una costilla. Este año no ha podido disputar todos los combates que le hubiera gustado.
Se me cayeron un par de combates, y estuve siete u ocho meses sin pisar el ring, pero he mantenido los entrenamientos y tengo muchas ganas de afrontar el combate número trece, aunque sea un número supersticioso.
-Ya ha peleado como profesional en España, Estados Unidos y la República Dominicana, ¿cómo es el ambiente en cada país?
En Estados Unidos, en el Barclays Center, ante 22.000 personas... allí el boxeo se vive como aquí el fútbol. Y en la República Dominicana, donde nací, la gente me apoya muchísimo. En los países latinos y Estados Unidos, el boxeo es una cultura que se vive de otra manera.
-¿Cómo definiría a su próximo rival, el nicaragüense Elvin Pérez?
Es un boxeador con bastante experiencia, es mayor que yo y tiene a su favor varios KO. Es bastante resistente y dará trabajo.
-Es el primer español que ha firmado con una promotora en Estados Unidos, ¿ha sido difícil abrirse paso allí como profesional?
Ser pionero me motiva. Me tomo con mucho ánimo ser el primero en conseguir dar un paso tan grande para pelear en esas grandes ligas y boxear con esos profesionales.
-¿De los doce combates profesionales que ha vivido, cuál le ha puesto en mayores apuros?
Mi sexto combate, en el Casino de Queens, contra el puertorriqueño Ken Álvarez. Fueron mis primeros seis rounds y sufrí mucho. Me pude imponer porque lo tiré en el sexto asalto, es un rival muy exigente a nivel físico.
-¿En algún momento piensa en que se pueda romper su buena racha?
Esto es boxeo y, cuando subes al ring, subes con la idea de ganar, pero siendo consciente de que te puede llegar una mano y hacerte perder. La racha se perderá en algún momento, hay gente con mucho nivel, gente mejor que yo, pero me preparo para que ese momento llegue lo más tarde posible.
-¿Dónde pone su listón?
Mi meta es ir paso a paso, conseguir victorias, pero el siguiente paso es centrarme en el combate del mes que viene.
-¿Echa de menos competir en unos Juegos o con la Selección Española?
Todavía sigo la trayectoria de mis excompañeros que representan a España. Para mí siempre fue un honor participar con la Selección. Ahora, en todos mis combates levanto las banderas de España y de la República Dominicana, estoy agradecido a donde nací y donde me crié.
-¿Qué le queda por tachar en esa lista de retos futuros que tiene escrita en papel?
Ser campeón del mundo, esa es la meta, pero también hay otras muchas cosas apuntadas. Viajar a más países, tener mi propio gimnasio..., pero poco a poco, y con buena letra. También espero combatir en el Madison Square Garden el próximo año.
-¿Qué consejos le da Óliver Sánchez, su entrenador en Asturias?
Es como mi padre, me ha dado consejos toda la vida, es una de las personas con las que más tiempo he compartido, y me ha guiado desde que nos entrenábamos en Avilés.
Cantera asturiana
-Se ejercita con frecuencia en Asturias, ¿ve mimbres en los jóvenes boxeadores para que alguno pueda seguir sus pasos?
Sí, sin duda. En mi gimnasio está Enrique Florentino, un chico hispano-dominicano de 17 años, que vive en Gijón y que ha batido todos mis récords. Se entrena conmigo y es como una réplica. Es un niño con muchísimo talento y ya está en el equipo nacional.
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