El regreso de Andoni Gago al ring, frente al asturiano Héctor Brea, el 18 de octubre en el Navarra Arena, terminó en un resultado que ha generado debate y malestar en el entorno del púgil de Avilés. El combate, que prometía emociones fuertes entre dos boxeadores experimentados, se cerró en el cuarto asalto con un nulo técnico tras un supuesto corte en el rostro de Gago. Sin embargo, Brea lo tiene claro: “No hubo corte alguno”.
Gago y Brea ya se habían medido años atrás, en 2017, con victoria del bilbaíno por puntos. Ocho años después, ambos se reencontraban en Pamplona, esta vez en peso superpluma y con la expectación de ver cómo respondía el ex campeón de Europa tras casi dos años de inactividad.
Desde el primer asalto, Brea mostró un planteamiento táctico, buscando mantener el control con su jab y aprovechando la menor velocidad de Gago. El asturiano se sintió cómodo: “El combate lo tenía encaminado. Gago estaba lento, impreciso, fallando mucho, y yo iba ordenado, metiendo mis manos, el recto de izquierda. Hasta entonces el combate lo tenía de cara; iba ganando claramente”, aseguró después del enfrentamiento.
La acción polémica
En el cuarto asalto se produjo el incidente que cambiaría el rumbo de la noche: un cabezazo involuntario entre ambos púgiles. Según el parte arbitral y la decisión médica, el golpe habría causado un corte en el rostro de Gago, lo que llevó a detener el combate y declararlo nulo técnico.
Pero Brea desmiente rotundamente esa versión:
“El corte no se produjo en ningún momento. Sí hubo un cabezazo, pero no hubo corte alguno. Era simplemente un golpe en la frente. Pero corte no había. Por eso la parada del combate está totalmente fuera de lugar. Es inexplicable. No hubo corte alguno. Simplemente hubo un cabezazo y un golpe en la frente, pero no llegó a ser corte. Y menos un corte en una zona peligrosa. Si lo hubiera habido, habría sido en la frente, que fue donde fue el golpe. Pero ya te digo: no existía corte”.
Las palabras del asturiano ponen en duda la decisión médica que llevó al árbitro a detener el combate antes de tiempo. Según relata Brea, incluso el propio árbitro reconoció que su actuación le daba la ventaja en las tarjetas:
“Cuando paró el árbitro el combate, el propio árbitro me reconoció: ‘Héctor, has ganado’. Y yo le dije: ‘Sí, eso tienes que decirlo tú ahora en alto, que eres el único árbitro y juez’. Y luego me dan nulo. Combate nulo que, sinceramente, no es justo”.
El desenlace dejó a Brea con un sabor amargo. El asturiano había viajado a Pamplona con la ambición de firmar una victoria de prestigio ante uno de los grandes nombres del boxeo español reciente, y se marchó sin poder escuchar la decisión que esperaba.
Desde su esquina, la sensación es que la pelea se le escapó no por su desempeño, sino por una decisión arbitral precipitada. Con el resultado oficial de nulo técnico en el cuarto asalto, ninguno de los dos suma victoria ni derrota, aunque el relato posterior del combate deja abierta la puerta a un posible desempate o revancha.

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